El odio designa una de las más poderosas emociones humanas: la más fuerte repulsión que un hombre puede sentir por otro. Es un sentimiento de la más absoluta y profunda antipatía. Partiendo de la capacidad innata, se ha construido el concepto que se refiere a la más poderosa forma de rechazo por algún otro ser viviente o cosa. Al odio generalmente se le contrapone el amor. Generalmente el odio surge producto de una profunda herida, física o mental, o una situación dolorosa, en la que uno se encuentra indefenso, y no puede ser alterada por poder propio. Éste odio no es necesariamente irracional, o poco común. Es razonable odiar a la gente o instituciones que amenazan con infringir daño a uno o sí mismo, o aquellos cuyos intereses están directamente opuestos al bienestar de uno mismo. La gente odia aquello que se oponga a su bienestar of felicidad.
Con frecuencia, el odio se usa para designar algo que desagrada: un tipo de comida, una pieza musical, un clima, una raza de gente, una mala película.
'Odiar' u 'odio' se usa también para expresar sentimientos de prejuicio contra un grupo de personas, como en el caso del racismo, y de intenso desdén contra otras religiones. Un 'crimen de odio' es aquel que se comete efectivamente motivado por odio. No es inusual que alguien que haya sufrido daño por un miembro de un grupo llegue a odiar a ese grupo. Esto no puede ser socialmente aceptado, al menos en occidente, donde se condenan normalmente las formas colectivas de castigo y se hace énfasis en que los individuos sean tratados como independientes y no como miembros de un grupo determinado.
El odio suele preceder a la violencia. Antes de las guerras, los países que emprenden la ofensiva se empeñan en crear campañas para fomentar el odio contra alguna nación, pueblo o régimen político que los domina. El odio es un importante motivo detrás de los conflictos armados, como la guerra entre estados o el terrorismo. La línea entre un odio 'racional' y el más ideológico condicionamiento no siempre es clara.
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